Así dice el Señor: Reprime el llanto de tu voz y de las lágrimas tus ojos, pidiendo que se aleje todo dolor; porque tu obra será recompensada, a saber, la de engendrar y criar a sus hijos, dice el Señor, y volverán de la tierra del enemigo, reunidos una vez más los que el Señor había escogido como suyos, a saber, en su congregación, en la comunión de sus santos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad