Porque habrá un día en que los centinelas en el monte Efraín, aquellos que fueron delegados para observar el tiempo de la luna nueva, que determinaba la fecha de la mayoría de las festividades en el año de la iglesia judía, clamarán: Levántate y vámonos. hasta Sion al Señor, nuestro Dios. Así se describe la obra de los mensajeros del Evangelio que convocan a los creyentes a la adoración de Jehová, el Dios verdadero.

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