Y tú me has dicho: Oh Señor Dios, la perplejidad del profeta encuentra aquí expresión: Cómprate un campo por dinero y toma testigos; porque, o "y sin embargo", la ciudad es entregada en manos de los caldeos. Aunque la ciudad, por la palabra del Señor y según la evidencia visible en presencia del ejército sitiador, estaba condenada a la destrucción, Jeremías había recibido la orden que, en vista de la situación, le parecía muy extraña. Así que busca en el Señor una explicación sobre el futuro.

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