Entonces dijeron los príncipes a Baruc: Ve, escóndete tú y Jeremías; y que nadie sepa dónde estáis. La lectura les había impresionado profundamente, pero tenían la sensación instintiva de que Jeremías y Baruc estaban en peligro de muerte a causa del mensaje que proclamaban, sobre todo porque había que informar al rey de lo sucedido.

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