Sacarán, pues, a todas tus mujeres y a tus hijos a los caldeos; y tú no escaparás de sus manos, sino que serás apresado por la mano del rey de Babilonia, y harás que esta ciudad sea incendiada, es decir, la debilidad, vacilación y desobediencia de Sedequías traerá la culpa de su destrucción sobre su cabeza.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad