diciendo: No, pero iremos a la tierra de Egipto, un plan que al menos habían estado discutiendo, si aún no lo habían decidido, donde no veremos guerra ni oiremos el sonido de la trompeta, como se llama los soldados a la batalla, ni tienen hambre de pan, en las diversas condiciones desafortunadas que acompañan a la guerra con las que se habían familiarizado en el último año, y allí viviremos;

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