Por tanto, así dice el Señor, al responder a este clamor de Sus hijos: He aquí, defenderé tu causa y tomaré venganza por ti, actuando como Abogado en la defensa de los derechos de Su pueblo; y secaré su mar, el Éufrates con todos sus cauces, canales y pantanos, y haré que se sequen sus manantiales, de modo que ya no tenga abundante agua para dar fertilidad a su tierra.

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