Huid de en medio de Babilonia y librad cada uno su alma, no sólo su vida física, sino también su vida espiritual; no seas destruido por su iniquidad, participando en la idolatría que trajo destrucción sobre ella; porque este es el tiempo de la venganza del Señor; Él le dará una recompensa. Note el contraste entre la transgresión humana, por un lado, y el justo castigo del Señor, por el otro. Esto se resalta con más fuerza por la imagen de la copa de oro.

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