Por tanto, así ha dicho el Señor: He aquí, pondré piedras de tropiezo delante de este pueblo, las maquinaciones de los enemigos que traerían su ruina, y los padres y los hijos juntamente, siendo ambos igualmente culpables, caerán sobre ellos; el vecino y su amigo perecerán, todo el pueblo, sin excepción, será condenado a sentir la sentencia de Jehová a causa de la depravación que prevalecía en general.

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