¿No ves lo que hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? La maldad de la que Jeremías se vio obligado a presenciar dondequiera que mirara lo convencería de que el proceder del Señor era correcto, de que estaba plenamente justificado al rechazar todas las oraciones hechas en favor de los judíos apóstatas. Ahora se describe el alcance de su idolatría.

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