Los sabios se avergonzaron, se puso a la vergüenza y el oprobio, y se espantan, confundido, y llevado. He aquí que han rechazado la Palabra del Señor, ¿y qué sabiduría hay en ellos? Habiendo despreciado y dejado de lado la única norma de doctrina y vida, la única fuente de verdadera sabiduría, ya no podían reclamar ningún tipo de conocimiento y entendimiento, eran tontos a los ojos de Dios.

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