Los sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron presos; he aquí, rechazaron la palabra del SEÑOR; ¿Y qué sabiduría hay en ellos?

Ver. 9. Los sabios se avergüenzan. ] Tienen motivos para avergonzarse de su gran ignorancia y necedad, Jer 8: 7-8, y mayor causa de la que jamás tuvo el humilde Agustín para decir: Scientia mea maldita sea, Mi conocimiento me deshace.

He aquí que han rechazado la palabra del Señor. ] En cuanto a cualquier práctica sagrada, su conocimiento es sólo aprensivo y teórico, no afectivo y práctico.

¿Y qué sabiduría hay en ellos? ] qd, Ninguno digno de mención; pierden sus alabanzas civiles, porque no son sabios para la salvación.

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