Con Él está la fuerza y ​​la sabiduría, el conocimiento verdadero y esencial; El engañado y el engañador son Suyos, tanto el que yerra como el que hace errar a otros. La sabiduría de Dios está muy por encima de la de todos los hombres, ya sea que utilicen su conocimiento para el bien de sus semejantes o abusen de él para desviar a otros.

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