Dios deposita su iniquidad por sus hijos, es decir, por los hijos de los impíos, esta exclamación muestra las esperanzas que aún tenía Job. Él lo recompensa, y él lo sabrá, o, que Dios recompense, lo pague al impío para que lo sienta. Eso es lo que Job espera de la justicia de Dios.

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