Pero Él, mientras se oculta y así escapa a la necesidad de reconocer la inocencia del que sufre, conoce el camino que yo tomo, conoce el camino acostumbrado de Job, lo que siempre tomó, lo que su conciencia aprobó. Cuando me haya probado, saldré como oro, como el metal precioso más puro del crisol del ensayador, inocente de cualquier gran crimen específico.

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