a la izquierda, es decir, al norte, donde Él trabaja, donde Su actividad es evidente, pero no puedo contemplarlo; Se esconde a la diestra, volviéndose hacia el sur, para que yo no lo vea. No importa en qué parte del mundo busque al Dios omnipresente, está decepcionado de su esperanza de encontrar la presencia visible de Dios, el trono de Su juicio.

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