Él es sabio de corazón y poderoso en fuerza; esos son dos atributos sobresalientes de Dios. ¿Quién se ha endurecido contra Él, endureciendo su cuello en necia oposición, desafiándolo, y ha prosperado? Con su sabiduría el Señor puede confundir al hombre, y con su fuerza puede vencerlo; de modo que ningún mortal puede defender su causa ante Dios.

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