y no hubo día como ese antes o después de él, en que el Señor escuchó la voz de un hombre; porque Jehová peleó por Israel. Así, el Dios vivo y todopoderoso realizó un gran milagro, pues estaba en juego el destino religioso de todo el mundo. Todos los esfuerzos de los eruditos y críticos de la Biblia para explicar este hecho no les sirven de nada; el texto es demasiado claro y demasiado poderoso.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad