pero no quise escuchar a Balaam, Jehová frustró las malas intenciones del adivino; por eso te bendijo todavía, a pesar de sí mismo; así que te libré de su mano. Así fueron derrocados los planes de Balac y todo listo para la cuarta prueba del favor de Dios, la conquista de Canaán propiamente dicha.

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