Pero no quise escuchar a Balaam; por eso te bendijo todavía; así te libré de su mano.

Ver. 10. Por tanto, te bendijo todavía ] Aunque se enfadaba en su mente, como reacio a perder una posición tan hermosa; hasta que por fin resolvió maldecir lo que fuera de él, y por lo tanto no fue, como en otras ocasiones, a su altar, sino que "puso su rostro hacia el desierto". Num 24: 1-2 "Pero nuestro Dios convirtió la maldición en bendición", dijo el bueno de Nehemías. Nehemías 13: 2

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