Y el Espíritu del Señor comenzó a moverlo a veces en el campamento de Dan entre Zora y Estaol. Esta declaración sirve como introducción a los siguientes capítulos, con su narración de las hazañas de Sansón, porque en todos los casos el Espíritu de Jehová se apoderó de él y lo impulsó a realizar actos especiales de valor contra los filisteos. Sin embargo, Sansón es claramente un tipo de Cristo, cuya concepción y nacimiento fueron mucho más milagrosos.

Y Cristo estuvo siempre y en extraordinaria medida lleno del Espíritu Santo, porque estuvo, incluso en Su existencia humana, unido al Padre en la relación más íntima. Y así como Sansón fue un salvador de su pueblo, también Cristo, en una medida incomparable, es el Redentor de todo su pueblo, de todo el mundo, de la opresión de la muerte y del diablo.

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