Luego bajó Sansón, y su padre y su madre, a Timnath, el joven evidentemente precediendo a sus padres en su afán de planchar su traje con la mujer de su elección, y llegó a los viñedos de Timnath, a las colinas que bordeaban una sección más desolada del país; y he aquí, un cachorro de león, fiero y sanguinario, rugió contra él, se abalanzó sobre él con toda evidencia de sed de sangre.

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