Sus adversarios son el jefe, es decir, la cabeza, los gobernantes de Judá, sus enemigos prosperan, su buena fortuna intensifica las tinieblas de su propia calamidad; porque el Señor la afligió por la multitud de sus transgresiones, mereciendo plenamente el castigo que estaba sufriendo; sus hijos son llevados cautivos ante el enemigo, literalmente, "sus infantes en ausencia de fuerzas ante el perseguidor".

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