Esto, a saber, el hecho de que su alma está profundamente afligida por el mero recuerdo de sus sufrimientos, lo recuerdo en mi mente, tomándolo en serio, por eso tengo esperanza. Deshaciéndose del sentimiento de desesperación que lo amenazaba, piensa en el hecho de que sólo Dios puede ayudarlo, y en este hecho pone su esperanza. Una consideración de la infinita misericordia del Señor fortalece su esperanza.

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