Y los cerdos, aunque tiene pezuña partida y patas hendidas, no rumia; él es inmundo para ustedes. Dado que los cerdos no eran más que carroñeros en las tierras orientales, y dado que comer carne de cerdo en esas circunstancias a menudo resultaba en enfermedades de la piel, muchos de los pueblos antiguos los consideraban inmundos.

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