o dejarlos llevar la iniquidad de la transgresión, cargarse con el crimen de la culpa al permitir tal profanación por parte de personas no autorizadas, cuando comen sus cosas santas; porque yo, el Señor, los santifico. Así que los sacerdotes estaban encargados de la supervisión de estos asuntos, a fin de evitar la profanación de las cosas santificadas, así como los pastores de la Iglesia cristiana debían desempeñar la función de centinelas para advertir al pueblo que les había confiado el Señor de la Iglesia. contra todas las transgresiones de la santa ley de Dios.

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