y el día que meces la gavilla ofreceréis un cordero sin defecto de un año para holocausto a Jehová. Así como Israel, mediante la ofrenda de la gavilla de las primicias, consagró al Señor toda la nueva cosecha y el pan de cada día que dependía de esta cosecha y confesó que su mantenimiento dependía de la bondad divina, así, mediante el holocausto, el pueblo declararon su indignidad de la bondad del Señor y su necesidad de su misericordia.

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