Sin el velo del testimonio, la cortina que ocultaba el arca del pacto con las tablas del testimonio de los ojos de todos los hijos de Israel, en el tabernáculo de la congregación, en el lugar santo, lo ordenará Aarón de la Desde la noche hasta la mañana delante del Señor continuamente, es decir, él debía colocar las lámparas llenas de aceite puro sobre el candelero de siete brazos y encenderlas por la tarde, y ponerlas en orden por la mañana limpiándolas y recortando sus mechas. Será estatuto perpetuo en vuestras generaciones.

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