Y los hijos de Aarón le trajeron la sangre, realizando así la obra que después se asignó a los levitas de atrapar la sangre del animal sacrificado y evitar que se coagulara; y mojó su dedo en la sangre, y lo puso sobre los cuernos del altar, y derramó la sangre al pie del altar. No introdujo sangre en el Lugar Santo, porque el objetivo en ese momento era la eliminación del pecado que pudiera hacer que su servicio en el nombre de la congregación fuera desagradable para el Señor. La ofrenda por el pecado sirvió para eliminar el alejamiento que existía entre Dios y el pueblo a causa de las ofensas cometidas por Israel, individual y colectivamente.

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