y diciendo: Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; os hemos llorado, y no os habéis lamentado.

¿Con quién compararé esta raza, especialmente los fariseos y aquellas personas que siguen su liderazgo, que se dejan influir por su modo de pensar? Jesús señala a los niños caprichosos y obstinados de las calles y del mercado, cuyo egoísmo les impide entrar en el espíritu de cualquier juego con la energía adecuada. Si los demás tocan la flauta, se niegan a divertirse; si los demás trataran de complacerlos imitando el lamento de duelo de los cantos fúnebres, no se golpearían el pecho ni darían muestras de duelo.

La ironía con la que Cristo describe el característico deporte del botín se manifiesta aún con más fuerza en el lenguaje original que usó, donde incluye un juego de palabras "bailaron" y "lamentó".

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