El que despedaza, el invasor de Babilonia, ha subido delante de tu rostro, apareciendo ante los muros de Nínive. Quédate con la munición, más bien, "¡Guarda la fortaleza!" en un esfuerzo por resistir al enemigo; vigila el camino, teniendo espías en todos los caminos que conducen a la ciudad; fortalece tus lomos, como guerrero que se prepara para la batalla; fortifica tu poder con fuerza. Toda esta descripción detallada se da para enfatizar la inutilidad de estos preparativos.

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