Y sucedió a partir de ese momento que la mitad de mis sirvientes, el destacamento especial bajo su mando, trabajó en la obra, y la otra mitad de ellos sostuvo tanto las lanzas, los escudos, los arcos y las mallas, en armadura completa, con sus armas listas para la defensa; y los gobernantes estaban detrás de toda la casa de Judá, listos para tomar el mando en cualquier punto que fuera atacado.

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