Di a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, que saque los incensarios del fuego, de en medio de los que fueron destruidos por el fuego del Señor, y esparza tú el fuego allá, es decir, las brasas de fuego que había en los incensarios; porque son santificados, consagrados en virtud del hecho de que habían sido presentados ante Jehová.

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