Y Moisés alzó su mano, y con su vara golpeó la peña dos veces; y salió agua en abundancia, y bebió la congregación y también sus bestias. Así que Dios demostró ser el Señor paciente y misericordioso, y Jesucristo, la Roca espiritual, que acompañó a la hueste, les hizo un regalo del agua.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad