Pero si no expulsáis a los habitantes de la tierra de delante de vosotros, es decir, desarraigándolos por completo, entonces sucederá que los que dejéis de ellos serán pinchazos en vuestros ojos y espinas en vuestros costados, causando les causarán dolores tan agudos como las espinas más agudas en las partes más delicadas del cuerpo humano, y os afligirán en la tierra en que habitas, les causarán opresión y tribulación.

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