Y el nazareo se afeitará la cabeza de su separación, la cabeza del cabello que durante tanto tiempo había permanecido sin cortar como muestra de su devoción a Jehová, a la puerta del Tabernáculo de la Congregación, y tomará el cabello de la cabeza de su separación, y ponerlo en el fuego que está bajo el sacrificio de las ofrendas de paz, dedicando así la cubierta ornamental de su cabeza enteramente a Jehová.

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