Como ellos, los profetas, los llamaron con la tierna invitación del Señor a seguir el camino de la salvación, así ellos, los hijos de Israel, se apartaron de ellos, apartándose del camino de liberación que les fue ofrecido; sacrificaron a los baales, los ídolos de los cananeos, y quemaron incienso en imágenes esculpidas, en la práctica abierta de la idolatría que el Señor había censurado tan severamente.

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