v. 15. El que es fiador por un extraño se sentirá afligido por ello, estará muy enfermo a causa de su acto imprudente; y el que odia la fianza, evitando tanto a las personas que están demasiado dispuestas a dar su mano en prenda como a los métodos que adoptan a la ligera, está seguro de que se pone a sí mismo más allá del peligro.

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