v. 4. El malhechor presta atención a los labios falsos, literalmente, "La maldad acompaña a los labios violentos", porque la mentira, el engaño y la violencia concuerdan con los sentimientos de un corazón inicuo; y el mentiroso escucha la lengua perversa, y se complace en hablar mal, que concuerda con sus propios pensamientos viles y lo alienta en su maldad.

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