El impío atiende a los labios falsos; [y] el mentiroso escucha a la lengua perversa.

Ver. 4. El malvado hace caso de los labios falsos. ] Es una mala señal de naturaleza cruel ser propenso a creer informes escandalosos de hombres piadosos. Si los hombres no amaran las mentiras, no las escucharían. Algunos opinan que, habiendo dicho Salomón, "Dios prueba los corazones", en este y en los dos siguientes versículos siguientes ejemplifican algunos pecados particulares así contados por Dios, que sin embargo pasan entre los hombres sin pecados, o pecadillos a lo sumo, al ver que ningún hombre parece recibir mal de ellos, como estos son, escuchar los labios mentirosos, burlarse de los pobres, regocijarse por la calamidad de otro hombre, y cosas por el estilo. He aquí que los que hacen esto, aunque les parezca que no han hecho nada malo a sí mismos y a los demás, sin embargo, Dios, que prueba los corazones, los llamará para que rindan cuentas por estos abortos involuntarios maliciosos.

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