v. 21. El que sigue la justicia y la misericordia, deseando con avidez y practicando estas virtudes, halla la vida, la verdadera vida espiritual cuya fuente está en Dios, la justicia conforme a los ojos de Dios, y la honra como el Señor. otorga a sus hijos, porque son muy apreciados a sus ojos, sin importar cuán despreciados puedan ser en este mundo.

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