v. 5. Espinas y trampas se encuentran en el camino de los perversos, a menudo se colocan en el camino de aquellos que están torcidos en su pensamiento y trato, o se encuentran naturalmente a lo largo de los senderos frecuentados por ellos; el que guarda su alma, en comportarse según los preceptos de la verdadera moralidad y piedad, estará lejos de ellos, no tendrá tales cosas que le estorben en su camino.

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