Porque las riquezas no son para siempre, son inestables y, por lo tanto, deben cuidarse con cuidado; ¿Y perdurará la corona para todas las generaciones? Incluso el rey no está seguro de que su dignidad y poder reales desciendan en su familia, tan incierta y vana es toda posesión humana; de ahí que conviene más al hombre hacer uso del cuidado y la circunspección.

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