Luego se levantó con sus nueras para poder regresar del país de Moab, porque se entendía que las mujeres más jóvenes debían simplemente acompañarla por alguna distancia, tal vez hasta el límite del país; porque había oído en la tierra de Moab que el Señor había visitado a su pueblo con misericordia, dándoles pan y librándolos de los estragos del hambre.

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