Y he aquí, Booz vino de Belén para supervisar la cosecha, y dijo a los segadores, en un saludo que podría ser copiado más a menudo: ¡ El Señor esté con ustedes! Y ellos, como exigía la loable costumbre del país, le respondieron: ¡ El Señor te bendiga! Si la excelente relación entre empleadores y empleados que implica este intercambio de saludos se lograra en todas partes, no habría necesidad de comités de arbitraje entre capital y trabajo.

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