Sus caminos son siempre penosos, la manera en que actúa parece estar a salvo del castigo en todo momento; Tus juicios están muy por encima de su vista, fuera del alcance de su visión; por tanto, en opinión de los malvados, no existen. En cuanto a todos sus enemigos, les insulta, en un acto de desprecio burlón, su arrogancia le hace despreciar tanto a Dios como a los hombres.

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