Te levantarás, como quien arroja indiferencia y letargo aparentes, y tendrás misericordia de Sion, de Su Iglesia; porque el tiempo para favorecerla, para mostrar su gracia y bondad, sí, el tiempo fijado, es decir, ese momento en el que la promesa de Jehová esperaba, ha llegado. Cuando la aflicción alcanza su punto culminante, la ayuda del Señor siempre está más cerca.

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