Porque Tus siervos, los creyentes de todos los tiempos, se complacen en sus piedras, todas ellas llenas de ferviente amor por la Iglesia, y favorecen su polvo, su amoroso deseo se aferra a las mismas ruinas de la Iglesia. Este versículo muestra que el salmo se compuso durante el exilio babilónico, cuando el cariño compasivo de los judíos cautivos se volvió con entusiasmo hacia las ruinas de Jerusalén, el santuario de Jehová. Al mismo tiempo, la situación es típica de muchos períodos de aflicción y ruina en la congregación espiritual de Cristo, cuando los creyentes lamentan la situación conflictiva en la Iglesia.

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