Porque el viento pasa sobre ella, el viento abrasador que viene del desierto, y se va, se seca y pereció; y su lugar, la mancha de tierra donde pasó su breve existencia, no lo conocerá más. Cfr. Isaías 40:7 ; Job 7:10 . En contraste maravilloso con esta fragilidad evanescente del hombre se encuentra la gracia de Jehová revelada en el mensaje del Evangelio.

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