Alabad al Señor, otro salmo de aleluya, considerado propiamente como una exposición y aplicación del último versículo del salmo anterior, cuyo objetivo es presentar la felicidad interior de los que temen y obedecen a Dios, en contraste con el destino de los incrédulos. Bienaventurado, viviendo en verdadera felicidad, el hombre que teme al Señor, en el asombro y la reverencia que fluyen de la verdadera fe, que se deleita grandemente en Sus mandamientos, obteniendo gran placer, encontrando la mayor felicidad, en la debida obediencia a ellos.

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